La tapizamos, esencial que sea cómoda.
Empezamos a acoplar, lo que ya esta echo.
Por esta vez no solo he tratado de reciclar, y hacer algo que me es necesario, he tratado de guardar su esencia, que sigan siendo dos pantalones, que un día fueron una prenda de vestir muy bonita, soy de la época del vaquero, irrumpió en nuestras vidas cuando yo tenia 10 u 11 años, desde entonces creo que siempre he tenido una prenda de esta tela, me encanta su textura su color, me hace sentir, la rebeldía que significo el cambio, ya no solo formaban parte de mi armario, los vestidos con lacitos y zapatos de charol, el uniforme del cole, con esos horribles zapatos y los calcetines marrones, con esta prenda se llevaban zapatillas, botas de chico, me recuerda lo que sigo teniendo de niña, que espero no perder nunca, me recuerda que yo también tenia pantalones, como mi hermano, y no eran heredados eran míos, oh que gran logro, los sábados dejaba de existir ese uniforme feisimo, que teníamos la mayoría de las niñas, todas igualitas, que monas, y una porra, claro que los sábados todas lucíamos nuestro vaquero, pero no eran iguales, unos claros otros oscuros, de camal ancho , mas estrecho, en fin cada una teníamos nuestro estilo, con la misma prenda, y eso para las que no lo hayáis vivido, fue lo mas.
Por lo tanto esto no es solo una funda para una silla, es una silla con pantalones vaqueros, hechos para ella y solo para ella, cambiando lo justo lo verdaderamente necesario, conserva todo su encanto todas las piezas originales la esencia del vaquero, la misma esencia de cambio, que yo viví, por eso me gusta el vaquero, es el signo de identidad de una época, y que a pesar de las modas, sigue actual, vivo, y por muchos años el numero uno, por lo tanto, me pregunto, ¿es esta una silla mas?, espero que no, es la number one, aunque solo sea en mi casa.
En el fondo soy una sentimental jajajajajaja.
Espero que te guste el vaquero de mi silla, muchas gracias por tu visita.